- COMPORTAMIENTO DE LA AFILIACIÓN DE EMPRESAS Y TRABAJADORES.

En relación al comportamiento del número de empresas y trabajadores afiliados, se observa un crecimiento sostenido hasta el año 2019, año en el cual se presenta una inflexión debida a la emergencia sanitaria que afectó de manera importante la tendencia que se traía. Así, se observa que, mientras en el 2019 había 1.103.254 empresas afiliadas al Sistema de Riesgos Laborales y 13.545.618 de trabajadores afiliados (12.518.106 de trabajadores dependientes y 1.027.512 de trabajadores independientes), en el 2020 se presentó un decrecimiento del 16,1% de empresas afiliadas y del 25,3% de trabajadores afiliados. Para el 2021, se presentó una recuperación del 9,7% de empresas afiliadas y del 6,7 de los trabajadores afiliados y en el 2022 se volvió a presentar un decrecimiento del 2.6% de las empresas afiliadas y del 0,6% del total de trabajadores afilados, destacándose que mientras los trabajadores dependientes disminuyeron en un 1,1% los independientes aumentaron en un 5,1%.
Lo anterior muestra que el 2023 puede ser un año en el que no se espere una recuperación de la población y empresas afiliadas que se tenían antes de la emergencia sanitaria, más aún si se tiene en cuenta las proyecciones de crecimiento dadas por los diferentes entes económicos nacionales (El Banco de la República anunció un pronóstico de crecimiento del 0,5 %.
Fuente: https://www.banrep.gov.co/es/junta-directiva-banco-republica-decidio-unanimidad-incrementar-100-puntos-basicos-pb-tasa-interes#:~:text=El%20pron%C3%B3stico%20de%20crecimiento%20del,0%2C5%25%20para%202023.)
Fuente datos: https://sistemas.fasecolda.com/rldatos/
- COMPORTAMIENTO DE LOS ACCIDENTES DE TRABAJO

La accidentalidad laboral venía decreciendo de manera constante desde el 2015, no obstante, a partir de la emergencia sanitaria el comportamiento tuvo un cambio abrupto al pasar de un decrecimiento de un dígito (promedio de 4,3% entre 2015 y 2019) a dos dígitos en el 2020 (25,7%), sin lugar a dudas dado por la emergencia sanitaria por la COVID 19.
En el 2021 paralelo al inicio de la recuperación económica en pandemia, la frecuencia de accidentes reportados y calificados como laborales aumentó en un 14,2% y en el 2022 se presentó una pequeña disminución del 2,8%, probablemente jalonada por factores macro económicos y políticos que generaron un decrecimiento en trabajadores y empresas afiliadas, variables directamente proporcionales a la accidentalidad laboral (a mayor expuestos, mayor es el riesgo de ocurrencia de accidentes de trabajo).
- ENFERMEDADES LABORALES

El comportamiento de diagnósticos de enfermedad laboral – más que reportes de enfermedad laboral, la normatividad orienta al diagnóstico y calificación de origen – resulta antagónico frente al de los accidentes de trabajo, pues mientras estos últimos han venido con una tendencia general de disminución, las enfermedades laborales se catapultaron durante la emergencia sanitaria y es obvio que este comportamiento obedece a la inclusión de la COVID 19 como una enfermedad laboral directa para el personal de la salud (decreto 676 de 2020 que modificó el decreto 1477 de 2014).
Por lo anterior, mientras en el quinquenio comprendido entre el 2015 y el 2019 se calificaron en promedio 9,769 enfermedades laborales por año, en el 2020 – año de inicio de la emergencia sanitaria los diagnósticos de enfermedad laboral se quintuplicaron, calificándose como laborales 50.981 enfermedades. Para el 2021, en la medida que se implementaban los protocolos de bioseguridad, las enfermedades laborales calificadas disminuyeron en un 16,3%, siguiendo con la tendencia en el 2022 donde se consiguió una disminución del 29,7% en los diagnósticos de enfermedad laboral.
- MUERTES DE ORIGEN LABORAL

En cuanto a las muertes derivadas de accidentes de trabajo y enfermedades laborales, se tiene que mientras las muertes por accidente de trabajo tuvieron su punto de inflexión en el 2013 y relativamente venían disminuyendo desde el 2016 hasta el 2019, en el 2020 se presentó una caída del 20,5% que se correlaciona con el inicio de la emergencia sanitaria, situación que conllevó a la suspensión inicial de muchas actividades económicas. Esta disminución drástica comenzó a ajustarse a las tendencias previas a la pandemia y en el 2021 se incrementó la mortalidad por accidentes laborales en un 23,2%, disminuyendo para el 2022 en 3%.
No ocurrió igual con la mortalidad por enfermedad laboral, toda vez que al incluir la COVID 19 como una enfermedad laboral directa para el personal de la salud e incluso ser laboral para otras actividades donde se lograra demostrar la relación de causalidad con el trabajo, se pasó de 4,4 muertes promedio en los cinco años anteriores a la declaratoria de la emergencia sanitaria a 71 muertes por enfermedad laboral en el 2020 y 131 en el 2021 (aumento del 1675% y 91%, respectivamente). Para el 2022, acorde con la terminación de la emergencia sanitaria, se presentó un decrecimiento de las muertes derivadas de enfermedad laboral del 79,4%, pero siguen siendo cifras que están aproximadamente 6 veces por encima de las que se manejaban en el quinquenio anterior a la pandemia.
- INVALIDEZ DE ORIGEN LABORAL

Respecto a las cifras de trabajadores que tuvieron una calificación de pérdida de capacidad laboral igual o mayor al 50% y que por esta razón tuvieron derecho a una pensión de invalidez de origen laboral, se tiene el siguiente comportamiento:
Nótese que en términos generales se tiene un punto de inflexión en el año 2014 para las pensiones de invalidez derivadas de accidentes de trabajo, situación que se desfasa en un año con la inflexión de los reportes de accidentes de trabajo (2015), comportamiento que evidencia que la severidad de la accidentalidad laboral ha venido con un decrecimiento sostenido, probablemente derivado del cambio de concepción de la gestión de SST, al pasar de los Programas de Salud Ocupacional a los Sistemas de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST), la madurez de normas técnicas como la de trabajo seguro en alturas, el aumento de la vigilancia y control por parte del Ministerio del Trabajo y obviamente la gestión de SST que adelanta el sector empresarial colombiano.
En esta variable, la emergencia sanitaria no generó ningún impacto significativo, manteniéndose la constante decreciente del número de trabajadores que se invalidan por accidentes de trabajo en Colombia, que en promedio ha sido del 6,2% en los últimos 5 años.
Ahora, respecto a la invalidez por enfermedad laboral, se tuvo una caída importante del 35,2% entre el 2019 y el 2020, seguida de un aumento del 15,8% en el 2021 y del 4,5% en el 2022.
- INCAPACIDAD PERMANENTE PARCIAL

Respecto a los trabajadores que tuvieron una pérdida de capacidad laboral inferior al 50%, el 2019 representó un año en el que se terminó la tendencia de aumento de los casos de indemnizaciones por incapacidad permanente parcial tanto por accidente de trabajo, como por enfermedad laboral. Dicho comportamiento evidencia que, para el caso de las enfermedades laborales, las secuelas derivadas de la COVID 19 no generaron un impacto significativo (la información existente no permite un mayor análisis).
En términos generales se puede inferir que, debido a la madurez del Sistema General de Riesgos Laborales, los procesos de calificación de la pérdida de capacidad laboral son más efectivos en las entidades pertenecientes a dicho sistema.
- PROPORCIONES
En estadística, se recomienda no analizar las cifras de manera absoluta, sino relativa, analizando tasas, razones, proporciones, prevalencias, incidencias, entre otros análisis bivariados. Por esta razón a continuación haremos un análisis a la tasa (frecuencia según la resolución 312 de 2019) de accidentalidad, la de enfermedad laboral y la de IPP y IPT. También analizaremos la incidencia y prevalencia de enfermedad laboral, con el fin de tener datos más relevantes a la hora de analizar las estadísticas de accidentalidad laboral de las empresas.
7.1. Frecuencia de Accidentalidad

La frecuencia o tasa de accidentalidad laboral, muestra un decrecimiento constante desde el 2012. Podríamos decir que coincide con la promulgación de la ley 1562 pero la inflexión de este indicador no tiene nada que ver con esta norma, sino – probablemente – con el impacto de la gestión de la SST de las empresas y con la maduración de los procesos de calificación de origen en primera oportunidad en las ARL y EPS, así como en los reportes de los accidentes en las empresas. Al respecto, es importante resaltar que para el 2012, el Sistema General de Riesgos Laborales tenía 18 años desde su creación en el 1994.
A manera general, los responsables del SG-SST de las empresas deberán tener como meta máxima para el 2023 una frecuencia de accidentalidad del 4,65% correspondiente al resultado del 2022 y que significa que 4,65 trabajadores sufrieron un accidente de trabajo en el 2022 por cada 100 trabajadores afiliados al Sistema de Riesgos Laborales.
Es importante analizar la frecuencia de accidentalidad por actividad económica, para tener un punto de referencia más específico, tarea para los responsables del SG-SST. No obstante, como la frecuencia de accidentalidad disminuyó en un 2,3% en 2022 con relación a 2021, la meta para el 2023 se debería proyectar al menos con una disminución semejante, o calculando el decrecimiento medio ponderado de los últimos años.
7.2. Frecuencia de Enfermedad Laboral
La frecuencia de enfermedad laboral tuvo un comportamiento afectado por la pandemia de la COVID 19, pasando en el 2019 de 63 trabajadores diagnosticados con una enfermedad laboral por cada 100 mil trabajadores afiliados, a 504 trabajadores en igual proporción en el 2020. Esto significa un aumento en la frecuencia de 8 veces en un solo año, comportamiento que fue variando según evolucionaba la pandemia, pasando en el 2021 a 395 trabajadores y 279 trabajadores diagnosticados con una enfermedad laboral en el 2022 (por cada 100 mil trabajadores afiliados).

Nótese que, si comparamos el comportamiento de la cifra absoluta de enfermedades laborales diagnosticadas con la tasa o frecuencia de accidentalidad, mientras los casos por el inicio de la pandemia crecieron cinco veces en el 2020, la proporción de enfermedades laborales creció ocho veces, comportamiento que justifica en análisis de las variables a través de proporciones, tasas, razones, entre otros (tal como se explicó al inicio del título 7). En resumen, la disparidad de estos dos crecimientos obedece a que para la frecuencia o proporción de enfermedades laborales se está teniendo en cuenta la población afiliada (enfermedades diagnosticadas sobre los trabajadores afiliados).
7.3. Prevalencia de la Enfermedad Laboral.

Si revisamos la prevalencia de enfermedad laboral (Número de casos de enfermedad laboral presentes en una población en un periodo de tiempo ) se tiene un comportamiento creciente toda vez que la prevalencia evalúa anualmente el número total de enfermedades diagnosticadas en las empresas, es decir, se trata de un indicador acumulativo donde se debe sumar año tras año, todas las enfermedades que se diagnostican.
Para poder establecer este indicador, se sumaron el en año 2018 todas las enfermedades laborales diagnosticadas entre el 2005 y el 2008 (se utilizaron como fuentes de información, las estadísticas de Fasecolda y del Fondo de Riesgos Laborales), sin incluir las enfermedades diagnosticadas entre 1994 y 2004, por cuanto no se tiene datos en estas entidades, situación que implica un subregistro en este indicador.
Ahora, analizando el comportamiento de este indicador, se tiene que para el 2022 la prevalencia fue de 2235 enfermedades, incrementándose en un 15% con relación al 2021. La lectura de este indicador significa que en el año 2022 por cada 100.000 trabajadores afiliados al Sistema de Riesgos Laborales existen 2235 trabajadores con enfermedades laborales diagnosticadas. Lo anterior significa que en los últimos 17 años, el incremento de la prevalencia ha sido del 616 %.
7.4. Incidencia de la Enfermedad Laboral
La incidencia de enfermedad laboral (Número de casos nuevos de enfermedad laboral en una población determinada en un período de tiempo1) ha tenido el siguiente comportamiento:

Para este indicador, se analizaron los casos diagnosticados entre 2008 y 2022, evidenciándose que en los 12 años previos a la pandemia por COVID 19 se traía una incidencia media de 105 nuevas enfermedades laborales por año, pasando a un promedio de 393 casos nuevos en los últimos tres años por cada 100 mil trabajadores afiliados. Entre 2019 y 2020 la incidencia creció 8 veces (en comparación con el aumento de cinco veces las enfermedades diagnosticadas). Entre 2021 y 2022, se tuvo un decrecimiento de la incidencia de enfermedad laboral de 116 trabajadores diagnosticados por cada 100 mil trabajadores afiliados, correspondiente al 29%.
7.5. Tasa de Mortalidad Laboral

En el último año se pasó de una tasa de mortalidad de 5,6 trabajadores fallecidos en accidente de trabajo y enfermedad laboral por cada 100 mil trabajadores afiliados, a 4,53 trabajadores. Lo anterior evidencia una disminución de un muerto por cada 100 mil trabajadores afiliados, cifra positiva e importante respecto a la gestión de la SST. En términos generales desde el 2008 hasta el 2022 se ha reducido lo mortalidad a la mitad, proporción que evidencia una buena gestión de todos los actores del Sistema de Riesgos Laborales, en especial del sector empresarial.
7.6. Tasa de Incapacidades Permanentes Parciales

A diferencia de otras proporciones, las lesiones y enfermedades que han generado pérdidas de capacidad laboral inferior al 50% muestra una tendencia a mantenerse constante, comportamiento que invita a realizar mayores análisis para determinar acciones encaminadas a disminuir los casos de IPP. No obstante, en el 2022 se disminuyó en un 6,2% la tasa de IPP, al pasar de 129 trabajadores con IPP (pérdida de capacidad laboral inferior al 50%) a 121, por cada 100 mil trabajadores afiliados.
Es importante resaltar que, en la medida que las empresas tienen casos de IPP se está frente a trabajadores con fuero de estabilidad laboral por salud, situación que implica costos para las empresas, tales como:
- Disminución de la productividad de los trabajadores
- Costos de mano de obra adicional
- Ausentismo laboral
- Pérdida de competitividad (por mayores costos de mano de obra)
- Costos derivados de procesos de calificación, reintegro, adaptación laboral (rehabilitación integral), entre otros.
7.7. Tasa de Pensiones de Invalidez.

En cuanto a la proporción de trabajadores pensionados por invalidez, se observa una tendencia decreciente respecto a los accidentes y enfermedades que generan invalidez de origen laboral. Al respecto, en el 2022 se presentó una disminución aproximada del 12% al pasar de 4,2 trabajadores calificados con pérdida de capacidad laboral igual o mayor al 50%; a 3,7 trabajadores, por cada 100 mil trabajadores afiliados al Sistema.
También se resalta que los trabajadores a los cuales se les otorga una pensión de invalidez, tienen la posibilidad de demandar una indemnización plena de perjuicios – sin tener en cuenta los procesos administrativos que adelante el Ministerio del Trabajo – situación que pone en riesgo la continuidad del negocio, debido a pérdidas económicas cuantiosas, daños reputacionales, etc.
Esperamos que este análisis sirva de guía a los responsables del SG-SST de las empresas para establecer las metas de la siniestralidad laboral, los planes de trabajo anual de SST y demás acciones propias del SG-SST.
Nuestros clientes pueden contar con esta información de manera pormenorizada, según la actividad económica y la región donde se encuentren ubicados, ya que las cifras varían notoriamente al analizar estas dos variables adicionales.
¡No corra riesgos, asesórese!
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FUENTES DE DATOS: Fasecolda y Fondo de Riesgos Laborales.
Fuentes de Gráficos: Creación propia (Murcia y Arenas | Gestión Integral del Riesgo)